En este come back de Alzare La Testa no podía faltar un post dedicado, como ya hice en su regreso a las pasarelas, al siempre mágico y evocador John Galliano en Maison Margiela.
Y nuevamente, dejando boquiabiertos a los asistentes, el gibraltareño da una clase magistral de lo que Alta Costura es, comenzando a fijar ya su reconocible impronta en Margiela.
La belleza de lo inacabado y lo deshecho nuevamente se convierte en el motor de la colección Artisanal para la próxima primavera. Parece ser, ya que Galliano nunca concede entrevistas de ningún tipo, considerándose Margiela como ese santuario de anonimato para el polémico creador, que esta colección se ha basado en el universo del social media, "la generación selfie" y todo lo que ello conlleva.
Típicamente para Maison Margiela, la práctica de la construcción y de-construcción juega un papel central.
Abrigos destrozados fueron reutilizados como perfectamente alineados vestidos de cóctel, mientras que las franjas de encaje negro fueron envueltas alrededor de las modelos para crear un tipo de camisas de seguridad elevadas a Haute Couture. Galliano es un ardiente artesano con una incomparable comprensión de la silueta, para el escaparate de hoy esto significaba voluminosas chaquetas que se alejaban del cuerpo y un uso inteligente de los hombros adaptándose a los característicos tejidos.
La platea de colores, muy Margiela por cierto, estaba regida por el negro, el rojo y tonalidades blancas que se entremezclaban con el incomprensible juego de caras que Galliano imponía en esta colección, haciendo referencia a las falsas identidades que las personas creamos en el tan actual juego de las redes sociales.
Quizás una de las piezas más hermosas de la presentación ha sido un sombrero alto de fieltro de estilo sudamericano, sobre un abrigo blanco, envuelto en pura gasa dejando ver un rostro.
Y lo que vino después ya fue teatralidad y magia Galliano en estado puro. Detalles en cada centímetro de prenda con hilos y lazadas, superposición de capas y tejidos, el juego de mascaras que protegía la identidad de las modelos, y el inacabado allure, impronta del creador en Maison Margiela.
Desde los trajes de apertura de de-construcción extravagante, hasta la seda que se filtraba por dentro de los diseños, la sensación de un control elegante se ha impuesto en esta colección Artisanal que finalizaba con un vestido paracaidas, remember de aquella fastuosa época del diseñador en Dior.
El genio Galliano sienta sus bases, y parece que definitivas, en Maison Margiela. Tras ver esta exquisita colección llena de detalles y de significados, se podría decir que la protección sigue siendo uno de los frentes abiertos todavía para el gibraltareño tras su sonada salida de Dior. Esconderse, alejarse de la mirada pública, obsesión de John Galliano que está encontrando salida en la casa Margiela.
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