viernes, 7 de agosto de 2020

Diario de un agosto pandémico o cómo decidí sobrevivir sin Instagram (I)


Han pasado más de 5 años desde mi última entrada en el blog, qué vintage todo y qué poca vergüenza. A veces, es bueno mirar atrás y saber que hubo un tiempo en el que este espacio me hacía demasiado feliz durante las "largas" tardes de estudio en Pamplona.

Inmerso ya en una vida profesional bastante dedicada en la que por suerte, o por desgracia, hemos tenido que ponerle freno por el implacable COVID, todo ese estrés ha dado paso a la reflexión. Si, reflexión, algo que muchos ni conocíamos por el ritmo veloz que se ha apoderado de nuestra existencia. 

¿Qué es lo que haces nada más despertar? ¿O mientras trabajas? ¿A la hora de comer o tomando unas cervezas con tus amigas, y por supuesto, antes de dormir? Bienvenidos al siglo XXI, el siglo de Instagram TodoPoderoso, o cómo sólo una red social puede cambiar tu vida al completo y hacer que se te fría el cerebro. 

Llevaba meses con la idea de desaparecer un tiempo de la app más eficaz que existe, donde la hiper-conectividad y lo inmediato la han convertido en una gloriosa red social. En mi vida profesional, Instagram se ha convertido en mi sustento y mi pan de cada día, durante unas 8 horas diarias; campañas de las marcas con las que trabajamos que cerramos con los distintos Prescriptores/Influencers/hijosde/actores/celebridades...,organización y difusión de eventos, seguimientos a los Prescriptores/Influencers/hijosde/actores/celebridades o la "caza" de (nuevamente) Prescriptores/Influencers/hijosde/actores/celebridades...

Entiendo que me dedico a esto, y soy inmensamente feliz por ello, pero en ese momento en el que la delgada de linea de lo profesional y lo personal se rompe...problemas.

Mi uso personal de la aplicación se había basado siempre en compartir momentos divertidos con mi gente (o reírme de mi/la gente je je), publicaciones que pueden inspirarme, música...Y no sé en qué momento tu cabeza hace click. Y todo se va al garete. 

Empiezas a publicar imágenes más cuidadas de ti (muy estudiado todo, con el buen filtro, y la edición mínima en Photoshop pero que hace a uno sentirse más seguro, y delgado) rincones o planes súper especiales para que el resto de tus followers lo vean y conozcan más o menos tu estilo de vida... Y la que se podía armar si una publicación no llegaba al número de likes esperado...borrar, y volverla a subir a una hora más adecuada donde el engagement de tus followers sea mayor. 

¿En serio?

El bucle del sinsentido hacía parada en mis Followers. Un gran 50% que no había visto en mi vida y el resto que se conformaba de amigos, familiares y allegados, y personas conocidas en eventos que tenías que seguir por compromiso (sus vidas os las podéis ahorrar perfectamente) Por no hablar de ese momento en el que tu perfil de Instagram se convierte en una red de contactos donde incluso podías encontrar el "amor", o el sexo. O como lo quieran llamar ahora. Y aquí ya sí que sí, me bajé del carro por una temporada.

Sonará a una tontería pero ese momento en el que estás teniendo una cita o celebrando tus 27 con una persona que creías bastante especial y a la hora de publicar en stories un delicioso plato de esa noche la mitad de tus seguidores responden con un: "¿estás teniendo una cita?" "Yo le conozco!" "¿Pero de qué os conocéis?" Okey Instagram, tú ganas.

¿Cómo es posible que desde el año 2011 que llevo utilizando la aplicación haya caído en este juego? ¿Qué necesidad tengo yo de estar expuesto de ese modo, y de que personas que no tienen ningún tipo de relación conmigo sepan hasta con quién estoy cenando una ensaladilla rusa? La última, por cierto. 

Así es, hace dos semanas supe de la toxicidad que podía envolver a Instagram. Y en lo más insignificante.

Comprendo lo de empezar a publicar fotos en las que salgas radiante para conquistar a TODOS tus seguidores, subir stories en sitios divinos (o quizás no lo son, pero todo se puede camuflar) para que TODOS tus seguidores sepan el tipo de lugares por los que te mueves...pero de ahí a entrometerte de ese modo en la vida de personas que no conoces? Demasiado duro. No quiero basar mi perfil social en una red de aceptación/flirteo/cura de autoestima como el gran 50% de mis seguidores "no conocidos" está haciendo. No quiero seguir ese juego que lleva impuesto bastante tiempo y que empezaba a dar un poco de miedo...Porque si lo seguía terminaba con 10.000 followers. Que oye, igual me forraba pero es que se iba a enterar todo el mundo de hasta el momento en el que fuese a hacer caca. 

¿Qué necesidad tengo yo de la aprobación de personas a las que no me he cruzado en mi vida? ¿Por qué tenía que publicar determinadas fotos o stories para recibir los inputs que yo creía necesarios para mi supervivencia Instagram? Di adiós a tú Naturalidad, Iñaki.

Y tras esa ensaladilla rusa indigesta desinstalas la aplicación de tu móvil, te compras 4 libros, descargas las playlists más maravillosas del mundo y empiezas a disfrutar de un verano en el que no vas a ver 500 imágenes de personas en aguas cristalinas sin mascarilla, mostrando más moreno de lo debido o parándote a leer comentarios llenos de falso amor de nuevos amigos por sorpresa. Y no, no estoy amargado, solo necesito respirar. 

Una semana y media sin Instagram, y sinceramente, no echo de menos la vida desconocida de esos desconocidos. Sólo sé que tengo demasiados buenos amigos que respetan mi detox y me mantienen al día de noticias diversas.

Y sí, creo que existen otros modos de utilizar esta red social, de una manera sana, verdadera y enriquecedora, sin tóxico alrededor. Gracias Instagram por haberme hecho explotar, estoy preparándome para conocerte nuevamente. 














 

miércoles, 25 de enero de 2017

El lenguaje Galliano en Margiela

En este come back de Alzare La Testa no podía faltar un post dedicado, como ya hice en su regreso a las pasarelas, al siempre mágico y evocador John Galliano en Maison Margiela. 
Y nuevamente, dejando boquiabiertos a los asistentes, el gibraltareño da una clase magistral de lo que Alta Costura es, comenzando a fijar ya su reconocible impronta en Margiela.
La belleza de lo inacabado y lo deshecho nuevamente se convierte en el motor de la colección Artisanal para la próxima primavera. Parece ser, ya que Galliano nunca concede entrevistas de ningún tipo, considerándose Margiela como ese santuario de anonimato para el polémico creador, que esta colección se ha basado en el universo del social media, "la generación selfie" y todo lo que ello conlleva. 




Típicamente para Maison Margiela, la práctica de la construcción y de-construcción juega un papel central. 

Abrigos destrozados fueron reutilizados como perfectamente alineados vestidos de cóctel, mientras que las franjas de encaje negro fueron envueltas alrededor de las modelos para crear un tipo de camisas de seguridad elevadas a Haute Couture. Galliano es un ardiente artesano con una incomparable comprensión de la silueta, para el escaparate de hoy esto significaba voluminosas chaquetas que se alejaban del cuerpo y un uso inteligente de los hombros adaptándose a los característicos tejidos. 






La platea de colores, muy Margiela por cierto, estaba regida por el negro, el rojo y tonalidades blancas que se entremezclaban con el incomprensible juego de caras que Galliano imponía en esta colección, haciendo referencia a las falsas identidades que las personas creamos en el tan actual juego de las redes sociales. 








Quizás una de las piezas más hermosas de la presentación ha sido un sombrero alto de fieltro de estilo sudamericano, sobre un abrigo blanco, envuelto en pura gasa dejando ver un rostro.



Y lo que vino después ya fue teatralidad y magia Galliano en estado puro. Detalles en cada centímetro de prenda con hilos y lazadas, superposición de capas y tejidos, el juego de mascaras que protegía la identidad de las modelos, y el inacabado allure, impronta del creador en Maison Margiela.






Desde los trajes de apertura de de-construcción extravagante, hasta la seda que se filtraba por dentro de los diseños, la sensación de un control elegante se ha impuesto en esta colección Artisanal que finalizaba con un vestido paracaidas, remember de aquella fastuosa época del diseñador en Dior. 



El genio Galliano sienta sus bases, y parece que definitivas, en Maison Margiela. Tras ver esta exquisita colección llena de detalles y de significados, se podría decir que la protección sigue siendo uno de los frentes abiertos todavía para el gibraltareño tras su sonada salida de Dior. Esconderse, alejarse de la mirada pública, obsesión de John Galliano que está encontrando salida en la casa Margiela.  

jueves, 19 de enero de 2017

B****, I´m back !


Qué no hacer con un blog, por Iñaki Chasco. 

Puede que no sea el mayor ejemplo de la constancia, pero desde el último post muchas cosas han cambiado y hace ya algún tiempo que sentía la necesidad de volver.

Sin haceros ilusiones, que ya sabéis que abandono rápido ;) Bienvenidos otra vez! 

Ya en París, inmersos en la Semana de la Moda masculina, hoy era el turno de la casa Louis Vuitton, que una vez más, si los mediáticos Balenciaga-Gucci me lo permiten, acaba de marcar los dictámenes de lo que por moda para el próximo invierno se entiende. 


En el Domaine del Palais Royal, las creaciones de Kim Jones y la firma neoyorquina skater Supreme han firmado el matrimonio con más sentido de la reciente historia de la moda, y por supuesto, todo tiene que ver con los deseos. Vuitton con su mítico monograma y la flor de cuatro pétalos, y Supreme por su archiconocido logo. Fenómenos de compras que se unen en uno solo.  Caso a comentar el lanzamiento del ladrillo, si, un ladrillo con el logo de Supreme que se agotó en menos de una hora. 


























Las prendas demostraron una sensación de facilidad no estructurada, como si de un artista del Lower East Side, con un filtro de color cachemira, se tratase.

Jones adaptó la idea de los monos de trabajo tipo Basquiat pintados, a través de un filtro de lujo, puntuando telas de cachemira con manchas de contraste de hilo de color (y texturizado) para evocar la idea de esas prendas fuera del estudio. El oversized se superpuso en un juego de capas blandas como la seda del pijama, ajustándolo a un temperamento artístico libre. 


























Los suéteres vinieron drapeados, así como la ligereza de los pantalones que daba paso a los abrigos inclinados hacia los hombros, fluyendo para dar paso a dar al nuevo hombre Vuitton.  



























Las camisas y suéteres de cachemira estaban anudadas alrededor de la cintura y dejadas a la izquierda. La idea de una mezcla caótica de vestir - Supreme con Vuitton, materiales blandos y resistentes - apareció en la forma en que Jones contrastaba las texturas; de las chaquetas de cocodrilo brillantes tan rígidas y sólidas que casi podías oírlas chirriar, a camisas de seda líquidas impresas con imágenes de equipaje y pañuelos Vuitton; llevando sus best-sellers en su manga, por así decirlo.







Éste no era el teatro con el que Jones había jugado en pasadas colecciones, donde el anarquismo punk o la imaginación caprichosa coronaban sus piezas. El poder de la simpleza y de la low-life que Supreme representa queda reflejado a través de las  capas blandas, los abrigos en cuero crudo y las camisas en seda sueltas que cualquier hombre sin una agenda fashionista apretada podría llevar a diario. 




La importancia de las colaboraciones parece ser la nueva Biblia en el sector. Hoy, Vuitton y Supreme, han dado un paso más. El lujo por excelencia vuelve a salir a la calle de la mano de una de las marcas de skate más reconocidas. Qué me gusta a mi una estrategia de acercamiento a los nuevos compradores potenciales de la marca. 

Os dejo el link con las imágenes de la colaboración Vuitton x Supreme 




Y bienvenidos nuevamente :)

Iñaki





miércoles, 11 de marzo de 2015

El retorno de Sybilla

No todo es pasarela y fiestas en Paris Fashion Week. En un humilde showroom,  la "heredera estética" de Balenciaga, una de las estrellas del diseño español, vuelve para quedarse en la moda. 

Formada a los 17 años en los talleres parisinos de Yves Saint Laurent, Sybilla Sorondo desarrollaría un arte único en lo que a diseño respecta. Ya en el Barcelona de 1985, presenta su primera colección de pret-â-porter, lo que supondría su lanzamiento profesional y comercial. Y así, hasta 2005, donde se retiró del panorama fashionista por su distinta percepción de lo que moda significaba, para dar rienda suelta a otro tipo de inquietudes. 

En pleno 2015, la única diseñadora "española" que después de Cristóbal Balenciaga hizo maravillar al mundo, vuelve con una colección para el próximo invierno. Sybilla siente que, nuevamente, hay un hueco para ella, un hueco para hacer algo diferente y salirse de lo establecido y monótono en lo que se ha convertido la moda de este siglo.  


























La nueva colección se compone de 75 piezas e incluye una serie de abrigos y vestidos de fieltro confeccionados a mano en el taller madrileño. Como se puede ver, sus famosas formas de capullo están de vuelta. Es el ADN de Sybilla, un ADN renovado y transformable que guarda todavía reminiscencias balenciaguescas.





La línea se produce en España y en Italia, gestionando los pocos recursos de manera pasional y emocionante. Sybilla cuenta con un gran equipo, formado por personas de su glorioso pasado y un montón de "nuevas crías" entusiasmadas con la aventura que supone este resurgir de Sybilla. 



























La creatividad y la innovación se reflejan en esta nueva colección de Sybilla a través del cuidado y la experimentación con la forma y volumétrica de los tejidos. 




El próximo mes de abril abrirá en Madrid una tienda efímera donde, como dice ella, se venderá un poco de todo. La creativa no pierde su esencia por la experimentación, por el cambio en los modos de comercializar sus preciadas obras de arte. 







Una estrella que regresa, una estrella que no ha perdido su poesía con el paso de los años. España, reacciona. Ha vuelto lo que la moda nacional llevaba esperando décadas. Bienvenida, otra vez, Sybilla! Confío en que no se repita la triste historia de 1985. 


Besos enormes,

Iñaki

lunes, 9 de marzo de 2015

Alexander Wang y Cristóbal Balenciaga, esa extraña pareja

Escéptico de mi por desconfiar de la era Alexander Wang para Balenciaga. La espectacularidad mostrada ayer en laParis Fashion Week hace que vuelva a creer, una vez más, en el resurgir de la casa de origen español que hizo temblar a la historia de la moda.

Una colección inspirada en la sociedad de los 50, en esas mujeres de la aristocracia de opulencia subversiva. Una moda "práctica" que Cristóbal Balenciaga confeccionada ya en San Sebastián, y posteriormente, en París.





























Alexander Wang se sumerge en los archivos de Maison Balenciaga para reinterpretar las piezas, siluetas y volúmenes que definieron el devenir de la moda contemporánea por parte del genio creativo vasco.


























Abrigos y chaquetas que seguían la línea barril y semi-fitter del comienzo de los 50, donde la cintura pierde el protagonismo y el volumen se rompe en las caderas.





Por supuesto, sin olvidar las mangas globo que aportaban al volumen el rigor balenciaguesco necesario para coronar esta colección de archivos presentada por Wang.


























Los tejidos se mantuvieron dentro de lo que conocemos como Alta Costura, con tweeds en nubb, así como "windowpanes", sin olvidar los mínimos detalles en plumas y pelo, utilizados por Cristóbal Balenciaga en sus colecciones finales. Fueron los detalles en las prendas los que dieron el toque Wang al Balenciaga del próximo invierno.






























Grapas metálicas que se alineaban en las costuras diagonales de las faldas, cinturones negros y diminutas hojas de "afeitar" que suturaban juntos para crear una coherencia street en lo clásico de los archivos de la casa española.





























Las piezas finales fueron una representación fehaciente de la estética túnica y saco, donde la volumétrica en hombros y caída de la cintura convertía las faldas en pura magia para esta Paris Fashion Week. 

Nicolas Ghesquière, hace ya una década, hizo su propia colección de archivo para Balenciaga. Sería injusto comparar a Wang con Nicolas, pero esta elección de la dirección para el próximo otoño es de aceptar, y alabar. Quizá ha podido quedarse corto con la historia de la Maison, y por ese riesgo en la utilización de algunos iconos poco prácticos. Lo que si es cierto es que, Alexander Wang. ha demostrado, una vez más, el imponente talento que tiene. Y, que ya sea en París o Nueva York, su corona será reclamada tarde o temprano.

Besos enormes,

Iñaki