Semanas de infernal agobio, estrategias para el TFG a las que mando infinitos besos y el mínimo tiempo para vivir. ¿Sigo?
Dejémonos de penas y vayamos a lo importante. El miércoles era el Día D en la New York Fashion Week, el día que llevaba esperando desde su última puesta en escena el pasado septiembre. El día DELPOZO.
Podría parecer París por la magia que Josep Font, director creativo de la firma, ha desplegado entre el vidrio corrugado del IAC Building. Una vez más, el genio catalán sienta las bases del denominado Prêt-a-Couture. Y una vez más, se pone a la moda española en el pedestal que merece.
En un sinuoso bosque estepario que envolvía a los asistentes, Delpozo presentaba su colección para el próximo invierno. Esas musas de Font, con enormes lazadas en el pelo, que caminan sobre la pasarela sonriendo con la mirada. Musas de elegancia relajada que dos veces al año nos hacen soñar con el cuento Delpozo.
El predominio lógico de las prendas exteriores fue la base de la colección invernal de Font. Es el ejemplo de un abrigo en azul polvo con un bordado en mosaico de aves y hojas en cuero. La excursión por el bosque Delpozo no podría entenderse sin las mangas globo vistas en blusas y abrigos, que en cualquier momento podrían estallar de sus costuras, pero a las que Font aportó el control requerido.
A pesar de la estructuración balenciaguesca , como punto a destacar en la colección, había una gran cantidad de suavidad contradictoria, tanto en espíritu como en forma. Es el ejemplo de los vestidos columna, uno de ellos en "bobbinet" escarlata con el detalle de la capa que hizo patente la genialidad del creativo catalán.
La fuerza en el tejido, y el increíble poder de la artesanía para la casa española, se vio posicionada con los jerséis en lana de punto gordo con detalle floral en crochet.
Interesante, y de sorpresa, fue la agrupación de Font en la utilización del terciopelo, en medio de la magia escultórica a la que ya nos tenía acostumbrados. Ora en su versión tecnológica, cómoda y flexible, ora en su versión elegante, suntuosa y tradicional. Terciopelos en cromáticas flúor hasta ahora desconocidas por Delpozo. Una lucha contra el invierno, una contraposición entre los dos estilos pictóricos que inspiran al catalán en esta colección.
Y para completar este cuento mágico, el terciopelo de seda o "devoré" emerge en la noche como lienzo para apliques, brocados y flores hechas pétalo a pétalo en el atelier madrileño. Y es que Font utiliza los tejidos para pintar sus propias obras de arte.
Espero que el domingo en los Oscars se atrevan con el juego de sedas Delpozo porque... <3
Nuevamente, es un absoluto placer poder disfrutar de la magia que una casa española de moda desprende en mitad de la Gran Manzana. Delpozo ha reavivado el gusto por las piezas ricamente construidas, ese acercamiento a la esencia del Haute Couture, haciendo énfasis en la volumétrica, la propia presencia de la costura como elemento fundador de su universo, y, sobre todo, sin olvidar que esto es moda, la sobresaliente importancia que el cuerpo otorga a la prenda.
Dicho todo esto,
Besos enormes,
Iñaki
Niño, deberías plantearte lo de unirte a Vogue y similares. Quién quiere a Suzy Menkes teniéndote a ti?
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